Soy, ante todo, un alma curiosa. Creo que es por eso que de tanto dedicarme a indagar en los procesos interpretativos del piano clásico, me he convertido en pianista y profesora de piano, repertorio y música de cámara. Actualmente trabajo en el Conservatorio Profesional de Música Jacinto Guerrero, en Toledo. Antes de esto, he dedicado muchos años a la que es otra de mis pasiones: el acompañamiento del canto lírico. Esto lo he llevado a cabo en la Escuela Superior de Canto de Madrid.
Mi amor y búsqueda de la comprensión de esas obras musicales que me tocaban tan adentro, hicieron que se me pasaran las horas sin darme cuenta analizando las partituras de tantos compositores admirados, intentando escudriñar el misterio de su magia. De esta manera la vida me llevó a impartir un año de análisis en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid.
Dentro del campo educativo en el que estoy inmersa, mi deseo es poder llegar a comunicarme de manera cercana y motivadora con las personas que deciden entregar parte de su tiempo o incluso hacer de la música su profesión. Mi objetivo es que puedan disfrutar más del camino tan bonito y estimulante del aprendizaje musical. Estoy especialmente interesada en la parte humana que desarrolla la música, esa que puede ayudarnos en nuestra andadura personal, y también por tanto en el encuentro con el otro. Por todo esto, para mí la música es altamente transformadora y puede ayudar a crear una sociedad más tolerante y que se congratula de la diversidad en la comunicación entre personas.
Como parte de ese proceso de comunicación, he continuado mi formación con un máster en musicoterapia que he concluido en julio de 2018, es un auténtico regalo poder hacer uso de la música para comunicarme con otros seres humanos en el ambiente hospitalario, donde he realizado las prácticas y el trabajo de investigación en la unidad de neonatología del hospital La Paz en Madrid.
Al mismo tiempo, mi amor por la música antigua me ha llevado a estudiar clavecín, un instrumento maravilloso que puede dar muchas gratificaciones en cuanto a su sonoridad exquisita, pues es un instrumento muy distinto del piano, ya hablaremos con más tranquilidad de las diferencias. Además, las sonatas y piezas del Renacimiento y del Barroco que son para otro instrumento más clave, como se le llama familiarmente, suenan de una manera muy bella, como más apropiada, ya que fueron escritas para este instrumento originalmente, y no para piano. Y cuando vayas conociendo esta música, igual te enamoras de ella, como me ha pasado a mí:)