Martha, my dear

Nunca tuve la sensación de que el público se fascinara conmigo. Todavía no la tengo. Pasan tantas cosas juntas cuando uno toca. La primera, obviamente, es el interés que me produce lo que estoy tocando. La música. Después, cuando se toca con otras personas, hay un registro muy preciso de lo que tocan ellos pero, también, de sus movimientos, de sus gestos. Aunque no los esté viendo, sé cuándo cierran los ojos, cuándo sonríen. Hace ya mucho tomé la decisión de no tocar sola. Es un poco misterioso. Yo no sé bien por qué. Resulta que no me gusta mucho estar sola. Y no me gusta la soledad en el escenario”.

Martha Argerich

Martha, my dear, you have always been my inspiration, o traducido al castellano: mi querida Martha, siempre has sido mi inspiración.

Así rezaba aquella deliciosa canción de los Beatles del Album Blanco, cuya autoría pertenece a Paul McCartney. Este fue inspirado por su preciosa perrita, y no obstante, nos parece adecuado e incluso muy atinado, emplear esta línea de la pieza de Paul para introducir a una leyenda viviente, una mujer carismática y apasionadamente talentosa.

Leer este nombre simplemente evoca ideas de genio, de fuerza salvaje, de dulzura, de musicalidad personalísima. Y sí, probablemente el lector ya haya podido averiguar que nos estamos refiriendo a la artista argentina Martha Argerich, una criatura caída del cielo para iluminar con belleza todo lo que toca al piano, a modo de rey Midas, transformando las notas, a través de sus dedos, en oro.

La primera vez que escuché a Martha fue hace muchos años a través de una grabación de un CD propiedad de mis padres del sello Deutsche Grammophonne, y ya quedé fascinada. Se trataba de la sonata para piano de Franz Liszt. Algo irreverente y completamente desmesurado y emocionante, además de una sublime comprensión y comunicación de una forma narrativa de gran dificultad, sobresalían en su interpretación.

Pero lo que más asombra es que a lo largo de los años, esta mujer de personalidad arrolladora, ha seguido avanzando y desarrollando su musicalidad, además de poseer un viruosismo que resulta milagroso de ver. Y es que Martha cuenta con 80 años, bueno, casi 81 que va a cumplir el próximo 5 de junio. Es asombroso.

De todos modos, para poder degustar la trayectoria musical de Marhta, a modo de un buen vino, vamos a viajar un poco en el tiempo hasta situarnos en el año 1965, cuando Martha, que por aquel entonces contaba aún con 23 años, interpretó, entre otras, una pieza de Chopin, el 3er Scherzo en do sostenido menor, op.39, y derrochando musicalidad ganó el Concurso Internacional Chopin.

En realidad, todo lo que ella tocaba del autor polaco se convertiría en interpretación de referencia. Aun así, su repertorio abarcaría un gran abanico de estilos, compositores y obras.

Avanzando unos años en el tiempo, ya en 1977 podemos deleitarnos con esta maravillosa interpretación del primer movimiento del concierto para piano de Tchaikovsky. Aquí va un fragmento para el que se inicie, no dudéis en buscar el vídeo completo si esta muestra os deja con ganas de más.

Después tuvo un grave problema de salud, acaecido en los años 80-90, un melanoma que tuvo recidivas y que requirió de la extirpación de parte de un pulmón, y que fue precisamente tratado en parte gracias a una vacuna experimental.

Ahora nos situamos en el año 2010, Martha contando ya con 69 años. El maravilloso concierto para piano y trompeta del compositor ruso Shostakovich, que recomiendo escuchar en su totalidad en esta versión o en cualquier otra de las que hay en directo por YouTube, ya que es una obra con una energía y un carácter rítmico y de gran variedad y contraste, junto con la estupenda interpretación del trompetista David Gerrier y la orquesta.

Y ya en febrero de 2020, cuando la pandemia estaba a punto de poner un punto y aparte en nuestras vidas, Martha tocaba con casi 79 años, el impresionante concierto en sol mayor del compositor francés Maurice Ravel. Esta vez, el concierto está completo, los más audaces pueden disfrutarlo en su totalidad. Y si no, puedes escuchar al menos unos minutos de esta música llena de giros jazzie y de armonías inesperadas y orquestación fabulosa.

Recomiendo que escuches también a partir del minuto 9:00 el segundo movimiento, que es pura delicia melódica raveliana a modo de vals. Y que en manos de Martha sugiere mil paisajes posibles. La melodía, tomada por el oboe en 14’40», acompañada por cascadas de notas y escalas al piano y una sección de cuerda envolvente, es para derretirse, sin más. La orquesta dirigida por el gran Zubin Mehta. Junto con la locura virtuosística y la poesía pianística de Martha, claro.

En lo personal contradictoria, divertida, inteligente, brillante, apasionada, insegura y grandiosamente humana. Una de sus hijas hizo un documental sobre su madre, Bloody daughter, que refleja la naturaleza fascinante y humana de Martha desde una perspectiva interesante, sin tapujos, ofreciéndonos un escenario desde el que contemplarla más de cerca, de manera privada. Muy recomendable de ver.

Aquí un extracto que va a animar a muchos que al acercarse al piano sienten nervios antes de tocar. Martha se queja de lo nerviosísima que se encuentra… y triste, y deprimida, y que ya no se lo pasa bien, que no se ríe lo suficiente, que no le compensa, que hay algo que no va bien…ante su manager antes de tocar, y este, que la lleva escuchando decir lo mismo justo antes de salir al escenario durante más de tres décadas, rebate que cuando ya está tocando y cuando acaba el concierto siempre está contenta. Y ella sigue increpándole: ¡Depende! Para luego decirle: ¡ve a ocuparte de tus asuntos! Y él le replica que ella es una gran parte de sus asuntos, de su vida.

Si la inspiración y la grandeza pudieran cobrar forma habría muchos genios y personas comunes que la encarnarían.

Pero hoy puedo decir alto y claro cantando con Macca: Martha, my dear, you have always been my inspiration. Y que así sea por muchos años más. Aprovechamos para felicitar a Martha por el que será su 81 cumpleaños el próximo día 5 de junio.

Y para acabar, Martha en un concierto reciente en abril de 2022, con 80 años de edad al que tuve la fortuna de asistir. Y tuve también la fortuna de que Martha no cancelara; famosa por cancelar conciertos en el último momento, desde que acabó la pandemia Martha ha retomado su frenética actividad sobre los escenarios de todo el mundo con programas distintos cada semana, en lo que se podría considerar el tour de una fuerza prodigiosa de la naturaleza.

Una última frase de la gran artista, extraida de una entrevista del 2019 en la que asegura que le hubiera gustado ¡ser médica!:

«Lo que pasa es que, en general, no me siento establecida en ningún aspecto. Es como si estuviera siempre construyéndome. Pero pienso que eso es la vida: hasta que nos morimos estamos siempre construyéndonos”. Martha Argerich

Y sí, la del «Bravo» soy yo:) sin contención.