Joan Báez. La voz más bella de la protesta-Colaboración de Antonio García Sepúlveda

Madrid, madrugada del 10 de Mayo de 2021. Estamos emitiendo, emitiendo en directo. Parece que se corta, ¿se escucha?, ¿tendríamos que empezar una nueva revolución para poder expresar nuestras ideas y ejercitar nuestro juicio crítico con libertad?. ¿El directo al que asistimos está preparado o somos una especie de show de Truman?

Sirvan estas preguntas para poder introducir una nueva colaboración que va a tratar con experiencias del directo personal de mi querido amigo Antonio García Sepúlveda, un alma buscadora y pacífica, con un corazón rebelde. Precisamente, nos relata aquí algunas de sus vivencias personales asociadas a la protagonista de la publicación, una mujer valiente, una mujer de armas tomar, mas de armas hechas de sonidos de guitarra arropados por una voz hermosa y poderosa . Nada mejor para vencer la más cruenta batalla, la más despiadada injusticia. Espero que sus palabras os inspiren.

Inma

Entre los artistas que a lo largo de mi vida me han acompañado y me han guiado se encuentra, sin duda, Joan Báez, entre los primeros puestos. Una artista que no pasará a la historia de la música como compositora genial y que probablemente sea relegada al olvido -como ya lo ha sido de alguna manera-, salvo por unos pocos románticos y nostálgicos que tuvimos la suerte de conocerla y disfrutarla. Pero no pretendo hacer un panegírico de su vida -para eso ya está la wikipedia y el YouTube-. No voy a descubrir la pólvora a estas alturas. Quiero solamente hacer honor a una mujer que ha sido para mí, desde mi más tierna juventud, ejemplo de actitud ética y de principios sostenidos con el paso del tiempo, por la paz y los derechos civiles, más allá de ideologías limitadoras.

Madrid, lunes 9 de Mayo de 1983.

Con motivo de las fiestas de San Isidro, el Palacio de los Deportes -hoy Wizink Centre-, se llena de conciertos con lo mejor de la progresía de aquella época. Por algo había ganado las elecciones municipales el día anterior el que fuera uno de los mejores alcaldes de Madrid, don Enrique Tierno Galván. Joan Báez dio un concierto que se encuadró en su Live Europe 83, un disco que se editó sólo en Europa, al parecer. Como teloneros de lujo contó nada menos que con Luis Eduardo Aute y Pepa Flores, entre otros. Yo tenía 19 añitos y era un joven afiliado a la CNT con ideas muy acordes a la No Violencia que ella defendía. Y, como buen anarquista que era, no había votado el día anterior (la CNT promulgaba la ‘abstención activa’, es decir, el compromiso social más allá del sistema de votos, delegados y elecciones). ¿Y qué pasó entonces? Pues que don Enrique Tierno Galván se presentó con su séquito en medio del concierto y obligó a la cantante a parar su actuación. La gente, entusiasmada, se levantó y le aplaudió… yo no, claro está. Pero no contento con eso, antes de que terminara volvió a levantarse el recién votado alcalde y se marchó, obligando de nuevo a parar la actuación. Mi atención, sin embargo, iba dirigida a ella, la que para mí era líder en aquel lugar. En ese templo, la sacerdotisa era ella,  no él. Simplemente dejó de cantar y esperó pacientemente a que se fuera, mientras afinaba su guitarra. Cuando ya se había ido, dijo lo siguiente: ‘Sé que ayer tuvisteis elecciones municipales y que ganó el candidato socialista. Yo sólo le pediría una cosa: que invierta menos dinero en guerras y más en pan para la gente’. 

Que una cantante de folk se atreviera a decir eso a un alcalde tan popular en ese momento sólo podía ser obra de una diosa. Y Joan Báez para mí lo era entonces.

Recuerdo de ese concierto también el final, cantando todos el No nos moverán, uno de los himnos que más ha repetido ella en su repertorio. Y como no se sabía muy bien la letra en español, Pepa Flores (Marisol), la corregía… Inolvidable, de verdad. 

Una de sus composiciones de entonces era el ‘Children of the eighties’. Era la canción que había compuesto para los que, en aquella época, éramos los jóvenes de los ochenta. En ella criticaba por igual el imperialismo americano -con sus recientes intervenciones en El Salvador y Nicaragua-, como el soviético, con su invasión en Afganistán. 

Pero pasó el tiempo y yo la fui olvidando, la verdad (tengo la cinta de ese Live Europe 83, eso sí). Y cuando creía que ya estaba totalmente olvidada y retirada en alguna granja americana, llegó la era de internet, el YouTube y las páginas web. Y descubrí que, no sólo no estaba retirada, sino que había estado muy activa en todo este tiempo. Nunca dejó de dar conciertos, aunque haya editado muy pocos discos. Y entonces descubrí uno de sus últimos trabajos, ‘The day after tomorrow’. 

Madrid, lunes 23 de marzo del 2015.

Han pasado 32 años y se nota. Su voz ya no tiene la frescura de mezzosoprano que antes le caracterizaba, aunque aún posee un bello vibrato que despierta los vítores de los presentes. Estamos en el Nuevo Apolo, en Tirso de Molina. Comienza el concierto con la que es su carta de presentación en los últimos años, ‘God is God’.

Toda una declaración de fe. ‘Some folks see things not everybody can see, and once in a while they pass the secret along to you and me’. Sin duda, ella está entre esos ‘folks’, ‘the People of the Secret’, o Pueblo del Secreto, un libro de Ernest Scott que nos acerca a una sabiduría ancestral, una Tradición milenaria que guía los pasos de la Humanidad y que recomiendo a cualquiera que busque la esencia más allá de las formas. Joan Báez sigue siendo una firme defensora del activismo social, no lo ha dejado de ser nunca, pero su faceta más espiritual y humana se hace también patente en el disco citado, con temas como ‘Mary’, ‘Requiem’, ‘Jericho Road’. Aunque es de notar que ella siempre fue fiel a la tradición de espirituales americanos, con temas como ‘Amazing Grace’, ‘Swing Lord, sweet Chariot’, ‘Oh, happy day’.

Pero la nota más tierna nos la da con otro de los clásicos de su repertorio, ‘Gracias a la vida’, de Violeta Parra. Y nos habla de su nieta y de cómo, al escuchar la canción, añadió un nuevo párrafo a la letra:

‘Gracias a la vida, que me ha dado tanto. Me ha dado las galletas…’

Por supuesto, incluyó este párrafo en la canción, como no podía ser menos.

No quiero alargarme más. Ella ya está retirada, ahora por lo visto pinta cuadros de activistas por la paz y la no violencia, retratos con los cuales mantiene su compromiso ético y social. Pero esto lo he sacado de la wikipedia, no tiene valor personal. Lo cierto es que, para su último concierto, eligió Madrid, un concierto que dio el 29 de julio del 2019, en el Teatro Real. ¿Lo hizo por mí? ¿Fue su último guiño personal a este humilde admirador? Quiero pensar que sí.