Se va acercando la primavera, la vida sigue su apacible a veces, violento otras, transcurrir. Así, a lo tonto, ya estamos a ocho de febrero, a tan solo seis semanitas de la primavera. Yo no sé a ti, pero a mí se me hace extraño estar en este punto, estoy feliz de estar en él, con ganas ya de viajar, de poder estar cerca de otros animales humanos, de retomar algunas de esas partes de una vida que han quedado un tanto mermadas a raiz de los acontecimientos. Pero ya hay menos distancia, ya queda menos para alcanzar la meta, y qué bien el poder ir disfrutando poco a poco de observar la Naturaleza cambiante, y los avances que seguro habrás realizado en tu vida pese a la realidad distópica que nos rodea; nos encontramos en el refugio optimista de los que tenemos mucha suerte, y la vida parece incluso sonreirnos tímidamente, como si quisiera decirnos algo suavemente, al oido. Tal vez, eso que venga a decirnos sea algo agradable, o tal vez sea una sorpresa inesperada. El caso es, que nos pongamos como nos pongamos, no lo sabremos hasta que vayamos avanzando un tanto vacilantes por el camino. La mecha sigue prendida y nos ilumina con su halo de incandescencia.
A la magna pregunta que supone el plantearse cuál sería el próximo destino al que me gustaría ir cuando todo esto se solucione, fíjate que uno de los lugares adonde «me encantaría llevarme», si me permites la licencia de utilizar esta expresión ,es a Japón; reconozco que estoy enamorada de algunos de los exquisitos hábitos y características culturales del país milenario, que además ha experimentado, entre otras muchas, una gran influencia de China, el gigante asiático que va a ser, casi sin lugar a dudas, la nueva potencia que dominará el mundo en unas décadas, un mundo que va imbuyéndose de un paradigma distinto, y que avanza hacia el transhumanismo. Tenía yo incluso planeado, en fin, apuntarme a aprender japonés, pero la pandemia torció mis planes. En todo caso, hoy no me voy a extender mucho en esta publicación, ya que quiero que permanezca breve, para que degustes con el ánimo que tengas hoy, las tres piezas que hoy te propongo. La primera de ellas perteneciente a una de mis películas favoritas: El viaje de Chihiro.
La película podría considerarse un viaje iniciático, está cargada de simbología, y además tiene una banda sonora excepcional, a cargo del genial Joe Hisaishi, quien puso música a toda una serie de películas de animación del maravilloso y afamado Studio Ghibli. La peli es producto del portento del cine de animación Hayao Miyazaki, que, por cierto, buenas noticias para los que sois fervientes amantes de este tipo de cine tan cuidado como hermoso; y es que…¡va a haber nueva película de Miyazaki!. Tras este inciso, la canción que os traigo es la que pone el broche de oro final al film, y que viene de la pluma de la japonesa Yumi Kimura.
En este caso interpretada por la ucraniana Nataliya Gudziy, superviviente del accidente nuclear de Chernóbil, y que se fue a vivir a Kiev con su familia tras el mismo, enamorándose de los instrumentos tradicionales soviéticos, y en concreto haciendo de la bandura su especialidad. Después, se marchó a continuar floreciendo a Tokyo, en donde se quedó. La letra (en el vídeo gracias a la youtuber que la subió) me parece de una exultante sabiduría, y la intérprete preciosa. Su voz emana una dulzura incomparable. Así que no digo nada más.
Para que puedas conocer y disfrutar del gran Joe Hisaishi, pues qué mejor que una canción que lleva por título «el verano», Summer, de la peli El verano de Kikujiro, composición que es saltarina, alegre, casi como una insolente travesura infantil transformada en canción. Verano para vivir, crecer, soñar, para desear que un día del futuro período estival, podamos esparcirnos o hacer lo que cada uno buenamente desee. ¿Qué destino tienes tú en mente para este verano…o el que viene?, ¿qué actividades querrías realizar? ¿Y qué música acompañaría estas experiencias tuyas? Dejámelo saber en los comentarios:)
Y para concluir con la que se ha convertido, sin comerlo ni beberlo, en una muestra de creadores de música para cine japoneses, otro artista de dimensiones estratoféricas: Ryuichi Sakamoto, autor de bandas sonoras tales como El último emperador o Merry Christmas, Mr. Lawrence. A ver si escuchando su creación Energy flow, se destranca, aunque sea un poquito, el flujo de energía en el mundo. Lo que seguro que puede conseguir es apacigüar y ordenar el ánimo, lo cual resulta nada desdeñable, por descontado.
Inmaculada has elegido un destino increible: Japon un símbolo de tradición y futurismo; vamos que no.me importaría elegir ese destino, es uno de los paises que están en mi agenda.
China también me atrae y así como Egipto.
Bueno ahora con la situacion de la pandemia no pienso en viajes.porque no puedo hacerlos. Que estan ahí?, si. Que viajaré a esos lugares, por supuesto y eligiendo muy bien la agencia de viajes y lo que me ofrecen, que no sea masificado.
Nataliya Gudziy es impresionante, solo con oirla te transporta.
Inmaculada esperemos poner el practica esos viajes que por el momento guardamos en nuestras mentes.
Hola, Pilar. Jo, pues a ver si puedes ir a esos destinos tan chulos:)
A mí también me gustaría visitar China. Y Egipto! Es que hay tantos países por descubrir…estos es verdad que por lo lejano y exótico que tienen para nosotros se me antojan muy interesantes, como llenos de sabiduría a descubrir.
Me alegro de lo que comentas de Natalia, es que es muy emocionante. Y sí, se puede viajar con la imaginación hasta que lo hagamos real. Gracias por compartir!
Muchas gracias por este viaje que nos propones, Inma. No sé dónde iré este verano, ojalá pueda hacer algo del Camino de la Plata. Y mi querida Galicia, eso no puede faltar. Me gusta viajar en mi propio país, es una metáfora del verdadero viaje interior, como dice el primer vídeo. Así que, este verano no sé, pero este finde me pienso ver El viaje de Chihiro, que tengo pendiente desde hace tiempo. Gracias de nuevo por la sugerencia!
Hola, Antonio, qué maravilla el camino de la Plata. Siempre caminar es un aprendizaje en sí. Y es verdad que no hace falta viajar muy lejos para aprender, me haces recordar el libro del Alquimista, de Coelho, con tus palabras. Qué guay la idea de viajar en tu país como viaje a tu propio interior.¡Galicia, qué hermosa es!
Jajaja, pues ya nos contarás qué te ha parecido la peli, ese viaje lo tienes a la vuelta de la esquina. Para mí es un 20 sobre 10. Gracias por lo que nos has aportado hoy y por desvelarnos tus ideas de destinos posibles para el verano!
A comienzos del año pasado, antes de lo que fue el año, recuerdo que tenía la ilusión de hacer un gran viaje, y Japón estaba en mi cabeza como un destino probable. Me atrae esa mezcla de tradición y tecnología, Cuando pienso en el progreso de la humanidad, ese país siempre aparece como una metáfora del mañana Su símbolo es un sol naciente, por algo será.
Ahora no me imagino viajando, pero por desear, si cierro los ojos, me veo recorriendo Portugal de norte a sur, o visitando la isla de Pascua, o tomando un mate en la Córdoba argentina.
Ojalá se pueda volver a viajar. Sea a grandes destinos, sea a pequeños lugares, cuyo disfrute los haga inmensos.
Qué bueno, Roberto! Entonces en relación a Japón has coincidido conmigo. Qué chuli lo que escribes del sol naciente, sí, la verdad es que auna progreso y tradición, sería estupendo que Japón sentara las bases, tal vez mejor que China, que a mí me asusta más por su tipo de régimen político. Pero, c’est la vie!
Jajaja, ya entiendo que imaginarse viajando ahora le quita tal vez parte del disfrute, con tanta restricción y virus circulando por ahí. Para aventuras mejor atravesar una selva o adentrarse en la sabana, aventuras ya de por sí que suben la adrenalina pero que son reconfortantes porque al final de ellas hay una culminación y un relax. Lo de Portugal, tal vez más pronto que Argentina o la isla de Pascua lo podrás realizar. Qué destinos más apetecibles. Gracias por compartirlos!
Muy chulo el post. A mi también me encanta la cultura japonesa, mucho más que la china (excepto la parte budista del Tíbet) y me parece admirable el carácter de los japoneses, me apunto a ese viaje que todos tenemos muchas ganas de hacer, jaja🇯🇵.
En cuanto a la música, me ha gustado mucho la voz e interpretación de Nataliya Gudzij y también esa evocadora composición de piano de Energy Flow, una fusión muy chula de minimalismo y toques jazzísticos 🎹. Bonito lo que nos has enseñado hoy 👩🎓😉