Una de las impresiones más recurrentes que se está manifestando en muchas personas durante esta etapa convulsa que nos ha tocado vivir, ya desde que entramos de lleno en aquel torpe y trágico mes de marzo, hasta este final de año que muchos ven como la puerta de salida de la película de terror más real que han podido experimentar en sus carnes, parece estar siendo la sensación de privación de albedrío, la espantosa idea de que se nos arrebatara algo completamente intrínseco a nuestra experiencia como seres humanos dentro de nuestro mundo occidental del siglo XXI: la libertad.
El concepto de libertad parece haber asumido, de un tiempo a esta parte, una relevancia sin precedentes; una “libertad” que parece extraer todo su sentido de la necesidad de independencia y de autonomía, y, sobre todo, de un culto al ego y a la supervivencia de la propia personalidad, para menoscabo del bienestar de la sociedad en su conjunto. La célula desgobernada que se empeña en su propio y caótico medrar sin medida, como si de un cáncer se tratara, empeñada en ponerse por encima y en contra del organismo vivo en el que curiosamente está inmersa y en el cual podría prosperar, en unión con sus congéneres, la Naturaleza y el respeto de unas leyes que parece haber olvidado para su propio perjuicio y aniquilación. La célula ES parte del organismo viviente, de nuevo todo esto nos lo recuerda el virus, y acaso lo que llamamos «libertad», ¿está justificado a toda costa?, ¿nos importa un carajo el otro, nuestra sociedad, el campo con sus animales, sus plantas, y el cielo estrellado que también hemos llegado a dejar de ver, tal es la dimensión de la contaminación lumínica que generamos a destajo?
Es curioso cómo las ideas que residen en la cultura de manera colectiva, van imprimiendo de significado a las distintas palabras en distintos momentos de la historia. Así, sería muy emocionante poder viajar en el tiempo para observar cómo hubo una época en la cual, este vocablo tan bello se asoció a una independencia de los poderes políticos y fácticos, donde las ideas de respeto y de lucha por la expresión individual serían el germen de nuestra situación actual, y donde la mujer y el hombre conseguirían, una tras una, romper las cadenas con las cuales el producto de su propia cultura les había encadenado. Al considerarse un logro adquirido durante la Historia de la humanidad a lo largo de múltiples conflictos, algunos de ellos bélicos y muchos otros de naturaleza moralmente reprochable, se identificó esta imagen de libertad con algo cuasi sagrado, algo que determinaría la naturaleza democrática y justa de una sociedad.
Ahora bien, el sesgo cultural parece haber urdido una trampa en la que caemos fácilmente, ya que, a mi modo de ver, la libertad no depende solamente de factores externos, sino de nuestra propia jerarquía interna e impronta individual al acercarnos a dicho concepto. Y creo que también tiene que ver con las capacidades de cada uno de adaptarse al cambio, al cambio que en un principio resulta molesto e incómodo.
La manera en que encaramos las dificultades y obstáculos que pueden aparecer en una vida, dependen por supuesto del entorno cultural y familiar aparte de las circunstancias y acontecimientos del medio externo y de la propia biología, pero también de nuestra propia personalidad y de nuestra capacidad para poder ordenar nuestra mente y nuestra opciones, con el objeto de poder elegir. Una vez leí un libro bastante sesudo de Gerd Gigerenzer llamado Decisiones instintivas, en el que se exponía con argumentadas pruebas de estudios científicos, que nuestras decisiones tenían muy poco de libres y mucho de previsibles, dado que nuestro inconsciente parece jugar un papel determinante en los procesos que dominan el mecanismo de la decisión.
En todo caso, yo me resisto a creer que somos inamovibles y robóticos al cien por cien en nuestro paso por el mundo, e intuyo que sí que tenemos cierto margen de libertad para poder elegir qué postura tomar, y qué pasos dar, sobre todo cuando las cosas se ponen feítas.
Por eso, hoy me gustaría compartir unas canciones que hablan de eso: de una elección libre de gratitud, cuando la vida parecía estar dando precisamente jarabe de palo a nuestro querido protagonista. En realidad, tal y como solía comentar, halló en la música su terapia para “los palos que te da la vida”. En concreto, la vida le dio unos cuantos “palos” al cantante del megahit La flaca, aunque lo importante es lo que decidió hacer Pau Donés con todo eso. En lugar de lamentarse de que la vida le estaba jodiendo, decidió siempre contemplar el lado bueno y más luminoso de la vida. Hasta cuando estaba terminal, en pleno confinamiento, mientras la visión trágica del problema actual por parte de muchos medios televisivos y de prensa junto a su incapacidad comunicativa, hacían colapsar la verdadera y asombrosa capacidad humana para poder sobrevivir y luchar en todos los rincones del planeta, él tenía tiempo y espacio para sacar fuerzas de lugares imposibles, para crear canciones maravillosas, una de ellas un homenaje y agradecimiento a todo el sector sanitario, llamada Los ángeles visten de blanco, cuyo inicio cantaba desde su balcón en marzo, y otra que os dejo un poco más abajo, la cual es un canto de agradecimiento a sus amigos, un verdadero festejo de la amistad verdadera, de ese apoyo que genera el abrazo del corazón amigo. Pau agradece e impregna de alegría cada nota, se esfuerza para nosotros, para dejar un legado de sonrisas cuando más lo necesitábamos…corría el mes de mayo. Recuerdo estar confinada, ver los dos vídeos, y hasta otro más en el que anunciaba que Jarabe de Palo volvería a los escenarios cuando todo hubiera pasado, qué subidón. Comenté en dichos vídeos, y ahora espero que lo leyera antes de que él mismo partiera para convertirse en un ángel dentro de nuestros corazones; de todos modos, os confieso que leyendo algunos de los comentarios de la gente, no pude por más que volver a ver la crueldad manifiesta que parecían destilar algunos de ellos; sinceramente, ya sabéis, de todo hay en internet, es un lugar que a veces es sumidero para el desahogo, lugar de expresión de lo bueno pero también de lo malo, de calidad humana y admiración, y también de bajeza sin limites. Yin-yang en estado puro.
Lo bueno es que no creo que nada de eso le importara un pepino. Su tiempo lo invertía mejor en grabar un disco y en crear canciones llenas de luz, disfrutando, como decía a sus amigos, del sol en su balcón, y de sus íntimos, aun sabiendo que su propia luz vital se estaba extinguiendo.
Eso que tú me das es mucho más de lo que pido. Todo lo que me das
es lo que ahora necesito. Eso que tú me das no creo lo tenga merecido.
Todo lo que me das, te estaré siempre agradecido. Así que gracias por estar,
por tu amistad y tu compañía. Eres lo…lo mejor que me ha dado la vida. Por todo lo que recibí, estar aquí vale la pena. Gracias a ti seguí remando contra la marea. Con todo lo que recibí, ahora sé que no estoy solo. Ahora te tengo a ti, amigo mío, mi tesoro. Así que gracias por estar, por tu amistad y tu compañía. Eres lo…lo mejor que me ha dado la vida. Todo te lo voy a dar, por tu calidad, por tu alegría. Me ayudaste a remontar, a superarme día a día. Todo te lo voy a dar, fuiste mi mejor medicina. Todo te lo daré, sea lo que sea, lo que pidas. Y eso que tú me das, es mucho más, es mucho más de lo que nunca te he pedido. Todo lo que me das, es mucho más, es mucho más de lo que nunca he merecido. Eso que tú me das, eso que tú me das.
Escuchando estas palabras parece llegarnos una despedida llena de agradecimiento imponderable a las personas que nos acompañan en nuestro día a día, nuestr@s amig@s y compañer@s…¿realmente tenemos tanto?, ¿por qué a veces nos llegamos a resistir a agradecer y alcanzar a valorar a esas personas que nos dan tanto y nos hacen la vida más fácil?. Gracias, gracias, gracias por ese rayo de luz entre tanta tiniebla. Un amigo es un tesoro.
Pasemos ahora al particular homenaje que Pau escribió durante ese mes de marzo, a esos «ángeles» sanitarios durante la primera ola de la pandemia por coronavirus. Sirva también para darles las gracias de manera especial por estar ahí y comerse todo el problemón, ha sido salvaje, y más en esos primeros y angustiosos momentos de total incertidumbre y desconocimiento, en los que fueron enviados a primera línea de batalla con escudos de papel higiénico y balas de plástico. Benditos sean, y gracias, porque sin ellos, desde luego, no sé qué habría sido del mundo.
Seguimos ahora con una canción deliciosa, muy en su estilo, junto al cantautor Jorge Drexler; y es que Pau tiene ese distintivo grande de aquellos artistas que suenan y enseguida sabemos que son ellos, porque son únicos; ese ritmo como en bucle, esa letra inocente y a la vez llena de sabiduría, «me gusta pensar que me gustas, saber que te quiero, qué bueno, qué bueno», «te agarro, te suelto», «te escucho, te cuento», » te lamo, te huelo, qué bueno, qué bueno», «quererte es acordarme, quererte es merecerte más de lo que te merezco», «lo que más echo de menos es que no te quiera más de lo mucho que te quiero»🙂 Y ese modo mayor de la canción, que acompañado por los patrones rítmicos que arropan la canción, nos parece estar diciendo: «qué bueno, qué bueno». ¿A qué da gustito?
Continuando con las colaboraciones, una canción que nos plantea la encrucijada en la que se sumerge el ser humano por su deseo de ser libre y conseguir ser uno mismo dentro de una relación de pareja; un amor de dos en uno, y en esta ocasión le acompaña una grande también, inmensa de modo parecido a Pau por su actitud ante la adversidad, la Mari de Chambao. Hermoso vídeo con una bella metáfora que gesta la bailarina en su movimiento. ¿Qué te sugiere a ti?
«Déjame vivir, libre, libre como el aire, me enseñaste a volar y ahora me cortas las alas. Y volver a ser yo mismo, que tú vuelvas a ser tú», «y volver a respirar ese aire, que me vuelva la vida».
Y para terminar, necesito mostrarte una de mis canciones favoritas de siempre. Es de esas canciones que tienen el poder de trasportarme a un estado de ánimo enriquecedor y calentito, con un buen rollismo tan auténtico que viene a decir que no importa lo que pase, todo me parece bonito. Bonita mañana, bonito lugar, bonito es el día que acaba de empezar. La vida es un chiste con triste final. El futuro no existe, pero yo le digo: bonito. ¿Se pueden elegir palabras más apropiadas para captar de esa sencilla manera la chispa de la vida?
Sirva además esta magnífica unión de música, letra e imagen, para decirle a Pau que siempre vibrarán en el aire que respiramos sus notas chispeantes y sus letras emocionantes. El vídeo redondo que su hermano Marc se encargó de dirigir, y el cual haría a Alanis Morissette enamorarse perdidamente del concepto visual del mismo, le valdría a Marc una invitación para ser el director del vídeo de Alanis Everything, donde podemos ver a Pau cortarle el pelo a Alanis (menuda responsabilidad) al comienzo del susodicho vídeo, muy recomendable que pinches arriba para ver el detalle y el parecido con el vídeo de Jarabe de Palo. Ah, y reecuerda compartir tus reflexiones más abajo para que los que te leamos nos beneficiemos de ellas y aprendamos de tu visión y/o simplemente disfrutemos de leerte para decir: qué bueno, qué bueno;-)
Y ahora sí, el vídeo Bonito, de Jarabe de Palo, cautivador desde esos primeros acordes. Por cierto, ¡me encanta cuando tira el periódico! Si lo ves hasta el final, podrás contemplar a Pau yéndose por esa carretera, feliz y sonriente. Tal y como quiso caminar por la vida, hasta en las más duras circunstancias, tal y como se despidió de la vida y como siempre le recordaremos. Gracias por tus 53 primaveras, Pau, por haber elegido un transitar amable por este mundo, y por tu aliento constante de libertad.
Bonito, todo me parece bonito, Bonita mañana, Bonito lugar, Bonita la cama, qué bien se ve el mar, bonito es el día, que acaba de empezar, bonita la vida. Respira, respira, respira.
El teléfono suena, mi pana se queja, la cosa va mal, la vida le pesa,
Que vivir así ya no le interesa, que seguir así no vale la pena,
se perdió el amor, se acabó la fiesta, ya no anda el motor que empuja la tierra. La vida es un chiste con triste final, el futuro no existe pero yo le digo: bonito, todo me parece bonito. Bonito todo me parece bonito.
Bonita la paz, bonita la vida, bonito volver a nacer cada día,
Bonita la verdad cuando no suena a mentira, bonita la amistad, bonita la risa. Bonita la gente cuando hay calidad, bonita la gente que no se arrepiente, que gana y que pierde, que habla y no miente, bonita la gente, por eso yo digo: bonito, todo me parece bonito. Bonito, todo me parece bonito. Qué bonito que te va cuando te va bonito, qué bonito que te va. Qué bonito que te va cuando te va bonito, qué bonito que te va. Bonito, todo me parece bonito: la mar, la mañana, la casa, la calma, la tierra, la paz y la vida que pasa. Bonito, todo me parece bonito: tu cama, tu salsa, la mancha en la espalda, tu cara, tus ganas, el fin de semana.
Bonita la gente que viene y que va, bonita la gente que no se detiene,
bonita la gente que no tiene edad, que escucha, que entiende, que tiene y que da. Bonito Portet, bonito Peret, bonita la rumba, bonito José,
bonita la brisa que no tiene prisa, bonito este día, respira, respira,
Bonita la gente cuando es de verdad, bonita la gente que es diferente,
que tiembla, que siente y que vive el presente, bonita la gente que estuvo y no está. Bonito, todo me parece bonito. Qué bonito que te va cuando te va bonito, qué bonito que te va. Qué bonito que se está cuando se está bonito, qué bonito que se está.
Tambien siento que la libertad no es cuestión de fuera sino de dentro de uno mismo. Efectivamente el confinamiento nos ha puesto a prueba y las minimas cosas que no le dábamos importancia, han tomado gran relevancia en nuestra vida, en esa nuestra libertad, según nuestros habitos adquiridos. En ese adaptarse a las circunstancias y fluir libremente nos da ejemplo ese gran hombre que fué Pau. Gracias por traernos a ese gran músico y compositor.
Qué bien lo has expresado, muchas gracias, Pilar. Era tan bonito Pau. Gracias por tu reflexión que a Pau seguro que le habría parecido bonita:)
Seguramente tu post más bonito y más emotivo, como bello y digno de admiración es ese optimismo y positividad que destila Pau Donés en todas sus canciones, incluso las compuestas poco antes de morir. Es admirable la serenidad con la que el cantante afronta su propio fallecimiento y como muestra agradecimiento por todo lo que le ha dado la vida. Muy bonitas las canciones compuestas antes de su muerte, la alegre Eso que tu me das y Los Angeles visten de blanco, y la más famosa de todas, Bonito, que sintetiza muy bien ese espíritu siempre jovial y optimista de Pau Donés, en su vida y también en su muerte. Post muy bonito!!
Oooh, mil gracias, Marco. La verdad es que me ha llegado al corazón, y tu comentario simplemente me parece BONITO:-):-)