«Me apoderaré del destino agarrándolo por el cuello. No me dominará»
Beethoven componiendo.Carl Schlösser
Así hablaba Ludwig Van Beethoven, el que fuera probablemente el músico de Bonn más conocido de todos los tiempos, y así fue, es y será…por lo menos en su caso, sin duda alguna.
El próximo día 16 de diciembre, se cumplirán 250 años desde el nacimiento del grandísimo compositor, que nos deja un legado y nos transmite, tal vez, una entereza y una inagotable pasión, una necesidad de vida más allá de cualquier límite impuesto o adquirido por las propias circunstancias mundanas que nos intentan someter a su antojo.
Beethoven es un ejemplo de superación como ninguno, fue más allá de todo lo establecido en cuanto a lo imperante en el estilo musical de la época, como ya veremos en alguna de sus grandes obras. Con esto, consiguió no sólo entrar de lleno en lo que se vendría a llamar Romanticismo musical, sino que revolucionó el paradigma de la época, convirtiéndose en uno de los artistas más originales y genuinos de todos los tiempos. Su grandeza es sin duda atemporal, y su música tiene esa energía, ese ímpetu nervioso que contagia y que anima a salir al mundo y comérselo a bocados.
Escuchemos, por ejemplo, un fragmento a cargo del genial pianista Hamelin, del primer movimiento del concierto Emperador, el quinto de los dados a luz por Beethoven para piano y orquesta. Puedes seleccionar con el cursor un minuto cualquiera, todos son grandiosos…, mirando la partitura puedes asimismo observar la fuerza implacable de su trazo.
La composición de este concierto comenzó en 1809, en un período de aislamiento social; sí, aislamiento social, ese que también es propio de la época de pandemia que vivimos, aderezado de conflictos bélicos, como la ocupación de la ciudad de Viena en mayo de ese mismo año por parte de Napoleón, lo cual llevaría al músico a interrumpir la gestación de la obra y encontrar refugio en sótanos durante este tiempo de guerra y miseria.
Si te gusta lo suficiente, lo puedes escuchar al completo, con sus más de cuarenta minutos de duración, a cargo del gran intérprete Arturo Benedetti-Michelangeli y el director Carlo Maria Giulini, o en alguna de las muchas otras versiones de otros pianistas y directores de orquesta que hay en la red. El segundo movimiento despliega una dulzura teñida de triunfalismo, que termina por desatarse en la unión sin cortes con el rítmico y exultante tercer movimiento (minuto 28:50). Por si alguien se anima, a partir del minuto 20:35, arranca el mencionado segundo movimiento.
Casi se puede palpar esa buena energía, ese impulso, esa VIDA. Con esta música de fondo, a mí me dan ganas de ir a por todas, sin excusas. ¿Qué te inspira a ti la escucha de este concierto para piano? Reconozco que de pequeñita solía ser mi favorito, y, claro, una vez lo escuché, me entraron ganas de más. Al devorar uno tras otro los restantes cuatro conciertos para piano de Ludwig, me resulta menos sencillo decantarme por uno de ellos, son todos impresionantes.
Precisamente esa fuerza, ese maravilloso impulso vital, no deja de apabullarme, y es que este concierto fue compuesto en plena crisis vital, con una sordera cada vez más incisiva, y en un entorno de cañones e infortunio. Esa fortaleza que emana de sus motivos musicales, desarrollados sin cesar, nos da una magistral lección de vida, y es que, suceda lo que suceda, podemos seguir creando, seguir manifestando belleza en el mundo, dejando huella…incluso si al final no podemos ni escuchar lo que creamos, como le ocurrió al maestro al final de sus días. Ojalá su legado nos llene de afán por continuar hacia adelante, pase lo que pase.
Genial analizar a un genio. Atraverte a profundizar en sus obras es conectar con la vision de ti misma, regalandonos una magnifica exposicion.
Gracias por tu comentario, Pilar. Habrá más, 250 es un número muy bonito:)
Gracias. Es un referente para mi. Fue por la vida compartí endo bemoles
Gracias, José Antonio. Sí, compartió bemoles y sostenidos por doquier, jajaja
Es maravilloso, seguir demostrando que las adversidades, no deben empañarnos las ganas de vivir y crear
Enorme exposición, cristalino, para seguir llenando de luz nuestra vida
Vivamos
Muchas gracias por tu comentario, Cris. Es verdad, es necesario, como dices, continuar hacia delante…con esa luz que expresas: vivamos!:))
Fabuloso Inma, me encanta!! Beethoven es y será siempre mi super favorito: escucharlo de adolescente cambió mi vida para siempre. Su música te construye por dentro y pone cimientos a capacidades tan abstractas como la intuición y la clarividencia… Infinitas gracias!!!
Muchas gracias por tu comentario, Carmen, y se nota que es son grandes cimientos los que ha puesto:). Me encanta lo que expresas de la intuición y la clarividencia, me has dejado con ganas de más, jajaja. Estoy super de acuerdo contigo, y me alegro de que forme también parte de tu bagaje e inspiración. Seguiremos mostrando más de este gran hombre y compositor porque es enorme y siempre nos enseña:)
Imperial Ludwig Van!! Su música es majestuosa y llena de vitalidad y emoción (lo cual es muy romántico). Inma, se nota q lo conoces muy bien y lo admiras, y es muy interesante ese paralelismo con los tiempos difíciles, ya sea de guerras o pandemias, que no nos doblegarán 💪🏼✌🏼😃. La buena música es eterna. Gracias por compartirlo 🥰🤗
Muchas gracias por tu comentario, Marco:) Me alegro de que puedas acercarte tan bien a este genio inmortal, ¡lo has captado totalmente con tus palabras! ¡Qué bonito lo que dices de la majestuosidad y emoción de su música!. Y, efectivamente, no nos doblegarán, somo capaces de resistir y reinventarnos SIEMPRE!!
Muchas gracias por esta reseña Inma. Me provocaste ponerme a escuchar el concierto Emperador una vez más y, una vez más, reconozco su enorme belleza y su absoluta perfección. Beethoven entra dentro de ese puñado de compositores de los que uno no puede elegir su favorito porque dejaría a otros fuera de serlo y, simplemente, no se puede elegir. Yo diría que uno escoge a su «favorito» en cada momento según el estado de ánimo y sus vivencias personales. De Beethoven, aparte de sus sinfonías y de sus conciertos para piano, me quedo con su concierto para violín y de sus sonatas para violín y piano, algunas francamente extraordinarias. Gracias y sigue con tus publicaciones.
Muchas gracias por tu comentario, Pedro. No podría estar más de acuerdo contigo, elegimos «nuestras» músicas en base a nuestras circunstancias. Nos dicen mucho de nosotros mismos, y nos inspiran. Me alegro de que compartas aquí tus preferencias por las obras para violín de Beethoven, así también otras personas pueden acceder a esas piezas, que efectivamente son maravillosas. Un abrazo, un gusto leerte por aquí:)